RANDY HALVERSON, NOMBRADO GANADOR DE LA HISTORIA MÁS INSPIRADORA DE LIFE FITNESS 2013

Cada año, Life Fitness recibe una gran cantidad de solicitudes para participar en el Concurso de la Historia Más Inspiradora a través del Life Fitness Mileage Club. Cada concursante comparte su experiencia de fitness, explica cómo su determinación ha mejorado su vida, así como la cantidad de millas que registraron en su máquina Life Fitness.

El concurso se realizó mediante la votación de los fans de la página de Facebook de Life Fitness. Entre todas las historias, la historia de Randy Halverson recibió nada menos que un abrumador 80% de los votos. Al ser elegido ganador, y como agradecimiento por compartir su increíble historia con nosotros, Randy Halverson recibirá un producto Life Fitness de su elección.

Esta es la historia con sus propias palabras:

En algún momento de la década de los 80, me interesé por las carreras de larga distancia, y este interés continuó hasta la universidad, lugar donde conocí a mi esposa. Juntos, disfrutábamos comiendo macarrones con queso y viendo reposiciones de la serie Magnum P.I. Por desgracia, ese fue el comienzo de unos hábitos poco saludables. También me empezaron a gustar los videojuegos y las películas, y la afición por el fitness simplemente fue dejada de lado.

Con el tiempo, tuvimos hijos y cada vez que se incorporaba un nuevo miembro a nuestra familia, elaboraba un nuevo plan para ponerme en forma. Siempre terminaba de la misma manera: un llamativo y gran esfuerzo seguido poco después por la tendencia de volver a caer en los viejos hábitos. A medida que los niños crecían, me identificaba cada vez más con las personas con sobrepeso y pensé que ese era mi destino en la vida, sentirme poco saludable e infeliz. Mis hijos simplemente tendrían que aceptar el hecho de que su padre era un tipo muy grueso pero trataríamos de fingir que eso no importaba. Me di cuenta de que con mi falta de actividad física y mis hábitos audiovisuales (TV, películas y videojuegos), estaba siendo un pésimo ejemplo para mis hijos y que por mucho que tratase de decirles lo que debían hacer, estaba dando una lección mucho más poderosa a través de mis acciones. Ellos estaban aprendiendo de mi ejemplo y eso se empezó a notar en sus propios hábitos y cuerpos. Mi sentimiento de culpabilidad se estaba volviendo cada vez mayor, –como mi vergüenza–. Tuvimos siete hijos y yo estaba siendo un padre, esposo y líder de familia mediocre.

En el año 2008, nos enteramos de que íbamos a ser bendecidos con otra hermosa incorporación a nuestra familia, pero esa alegría pronto fue truncada cuando nos enteramos de que nuestra niña nacería con Síndrome de Down. Hay mucho amor en nuestra familia y estamos unidos, pero esa realidad requeriría mucha fuerza y energía y yo tenía miedo de no tenerla. ¿Qué otra cosa podíamos hacer sino que aceptar el futuro con nuestra niña y seguir adelante? En esos momentos, estaba obsesionado con una gran pregunta: ¿cómo puedo cuidar a mis hijos si no puedo cuidar de mí mismo, y vivir el tiempo suficiente para estar ahí cuando me necesiten? Compré la mejor cinta de correr con el dinero que disponía y compré la cinta de correr Life Fitness F3 para que pudiera hacer ejercicio a pesar de los crudos inviernos de Minnesota y del mal tiempo. Perdí 40 libras pero poco a poco las volví a recuperar debido a mi propio desaliento, estrés, y a una dieta poco constante.

En octubre de 2012 fui al doctor y pesaba 329 libras. Me diagnosticaron la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), colesterol alto, niveles “pre-diabetes” de azúcar en sangre, así como una breve lista de otras enfermedades crónicas incluyendo la apnea del sueño. Yo estaba en mala forma física, mental, emocional y espiritual. Comencé una dieta rica en frutas y verduras, y empecé a usar mi cinta de correr F3 seis días a la semana.

Ha pasado casi un año y he perdido cerca de 130 libras. Mi nivel de azúcar en sangre y el colesterol son completamente normales y las enfermedades crónicas son casi inexistentes. Todavía no me han explorado, pero el médico me ha dicho que la EHGNA ya no debe ser una preocupación. Ya no tengo apnea del sueño ni necesito una máquina CPAP. La gente dice que parezco una persona diferente. Y yo también me siento así. Mi cintura se ha reducido de 56 pulgadas a 34 pulgadas. ¡Incluso tengo un regazo sobre el cual mis hijos pueden sentarse! No tenemos un espejo grande en casa por lo que es chocante entrar en una tienda y ver mi reflejo en las ventanas. Soy delgado, ¡como lo era casi 25 años atrás! ¡Mi apariencia y actitud han mejorado asombrosamente! He comenzado un viaje que creo que continuará durante el resto de mi vida. Estoy seguro de que todavía tengo que aprender mucho, pero hasta el momento, esto es lo que he aprendido:

  1. Uno no puede ponerse en forma para nadie más que para uno mismo. Hacerlo por cualquier otra persona es sólo estrés y presión. Uno tiene que estar listo para enfrentar su propio desafío desde dentro.
  2. Se necesita llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico –no sólo hacer una de las dos cosas–.
  3. Pequeños y constantes esfuerzos son mejores que grandes esfuerzos de vez en cuando. Puedes empezar con muy poco y crecer a partir de ahí, mientras creas hábitos saludables. Empecé a caminar de 2 a 3 millas diarias en mi cinta de correr F3. Ahora corro 6 días a la semana con un promedio de 12 millas por entrenamiento. ¿Excesivo? ¿Duro para las rodillas? Yo no podría hacerlo sin esta cinta de correr. La cubierta absorbente de impacto hace la diferencia. Ayer corrí por primera vez una milla en 6 minutos (en comparación con los 18 minutos que tardaba en correr una milla cuando empecé).
  4. Levanta pesas –levantar pesas desarrolla los músculos y al tener más musculatura, más calorías se queman–.
  5. Come alimentos integrales, sin procesar, con la mayor frecuencia posible.
  6. Bebe mucha agua –agua natural, sin aditivos–. Te mantendrá hidratado y limpio por dentro. La intención no es que sea un sabroso capricho, simplemente hazlo de todos modos.
  7. Si fallas o tienes un revés, ¿qué pasa? Sólo empieza de nuevo. No dejes que eso sea una excusa para abandonar. Tú no eres un fracaso. Tampoco eres una máquina. Tú eres humano.
  8. Establece metas alcanzables para no desanimarte.
  9. ¡Disfruta de la vida! Es demasiado corta como para estresarse por todo aquello que sale mal. Llevar una vida ‘normal’ es una ilusión. Hay cosas que van mal todos los días –es normal–. Además, el estrés favorece el aumento de peso.
  10. El acondicionamiento físico es una elección. Requiere mucho tiempo, ¡pero estarás en forma si eliges que eso ocurra!
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